Blog de Podoactiva

Zapatillas con ruedines o heelys ¿calzado o juguete?



Seguro que alguna vez has visto por la calle o en los colegios a niños deslizarse con unas zapatillas que llevan incorporados a la suela unos ruedines (también llamados “Heelys”). Este tipo de “calzado” con ruedines son un híbrido entre zapatillas y patines que se puso de moda hacer varios años entre los más pequeños. Ya no es tan frecuente su uso, pero todavía hay niños que los utilizan a diario a pesar de todos sus inconvenientes.

Las zapatillas con ruedines NO son un calzado, sino un juguete.

 

 

Cuando nació esta peligrosa moda para los pies de los más pequeños, el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos hizo un llamamiento para que los centros educativos prohibieran su uso durante las horas lectivas, ya que no favorecen una pisada saludable y hasta un 11% de los alumnos de infantil y primaria iban al colegio con estas zapatillas (tal y como recoge Roberto Pascual en su estudio). Es decir, los alumnos pasaban más de 8 horas utilizando este calzado inadecuado, mientras que lo recomendable es no sobrepasar las 2 horas semanales.

 

 Durante la infancia se desarrolla el pie y es muy importante mantener una buena pisada para no sufrir patologías precoces y en la edad adulta.

 

Consecuencias de su abuso

Entre las consecuencias de su abuso nos encontramos con:

 

Falta de flexibilidad. Son más rigidos, sobre todo la suela, que el resto de zapatillas.

 

Altura del talón (puede alcanzar los 4 ó 5 centímetros). La carga del antepié aumenta hasta un 20% cuando el niño está calzado frente al niño descalzo; y hasta un 40% cuando va calzado con los heelys. Cuando se utilizan tacones, además de modificar el centro de gravedad, también se produce mayor presión en el antepié, cambiando así los apoyos plantares.

 

Inestabilidad. El pie inestable es aquel que tiene falta de apoyo, esto se puede comprobar a través de un estudio biomecánico en la plataforma de presiones. El pie inestable se traduce en una pisada anómala que puede afectar a otras estructuras como el tobillo o la rodilla.

 

– Caídas y esguinces. Al igual que cuando patinamos, las caídas son un riesgo frecuente si no se controla bien y sobre todo si hay una falta de apoyo. En este caso ocurre lo mismo, al coger más velocidad y deslizarse por el suelo en lugar de caminar, las caídas y los esguinces en el tobillo son algo más habitual.

 

Peso. Al llevar ruedines, estas zapatillas tienen un peso mayor que otro tipo de calzado, por ello hay que hacer un esfuerzo superior en cada paso que se da para levantar estos heelys.

 

Crecimiento. El uso continuado de este tipo de zapatillas pueden llegar a ser muy negativas tanto en músculos como en los huesos, y puede provocar desde problemas de crecimiento hasta metatarsalgias, pasando por el posible desarrollo de pies planos, hasta acortamientos a largo plazo de la cadena muscular posterior.

 

Y entonces… ¿cuál es el calzado adecuado?

En nuestra completa GUÍA sobre podología infantil analizamos todo sobre el calzado adecuado para los más pequeños, así como la evolución de su pisada, patologías más frecuentes, práctica deportiva, etc.

  

Pide cita con nuestros especialistas en podología infantil en las clínicas y centros Podoactiva y descubre los protocolos específicos para el diagnóstico y patologías del pie y de la marcha en los niños. La prevención es la clave.

 

Artículos Relacionados

Comentarios

1 Comment

  • Alex Ventura
    Posted at 19:56h, 01 abril Responder

    Totalmente de acuerdo! De
    Totalmente de acuerdo! De todas formas, creo que deberíamos alarmarnos mucho más (dado el número de niños “afectados”) por el tipo de calzado habitual-convencional-moderno, considerado normal, que calzan los niños de hoy en día. El mismo post lo dice: “(…) la carga en el antepié aumenta un 20% con el uso del calzado respecto al niño descalzo (…)”. Cualquier calzado con una elevación en el talón, que no sea suficientemente flexible y amplio en su puntera, y con una suela demasiado gruesa afectará en el funcionamiento natural y en el desarrollo del pie del niño.

Post A Comment