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Cirugía podológica de mínima incisión. Técnica para tratar juanetes y otras patologías y salir andando de consulta



La cirugía de mínima incisión o mínimamente invasiva del pie es una técnica escogida por muchos profesionales para tratar un gran número de deformidades del antepié tales como juanetes (hallux valgus), dedos en garra, en mazo o en martillo, metatarsalgias, juanetes de sastre (taylor´s bunion), pequeñas exostosis, etc. Se trata de una técnica quirúrgica en la que a través de pequeñas incisiones en la piel de entre 2 y 5 milímetros podemos acceder a diferentes localizaciones anatómicas con el fin de realizar gestos técnicos sobre huesos, ligamentos, cápsulas, tendones, etc, sin necesidad de tener que hacer una exposición directa de los mismos como hacemos en cirugía abierta.

 

 

Los pacientes que nos visitan, a menudo, nos preguntas diferentes cuestiones relacionadas con este tema. A continuación, os exponemos las 4 preguntas más habituales y que intentamos contestar siempre:

1- ¿Se trata de un tipo de intervención con resultados a corto plazo pero se vuelven a reproducir las deformidades?

 

No. Al igual que con la cirugía abierta, el éxito en el resultado quirúrgico no depende de la técnica como tal sino de una buena indicación quirúrgica y de la puesta en marcha durante la intervención de los distintos gestos técnicos para devolver al pie su capacidad funcional y anatómica. Si esto se realiza correctamente la deformidad no volverá a aparecer.

 

2- ¿Se utilizan tornillos o agujas para la realización y fijación de las técnicas?

 

No. Este tipo de técnicas están desarrolladas para realizarlas a través de unos portales anatómicos bien estudiados, donde a través de ellos accederemos a las estructuras a intervenir, y posteriormente procederemos a la sutura de estas mini-incisiones y a la fijación mediante vendajes específicos que manejaremos personalmente cada semana, controlando la curación y la alineación de estas estructuras. Sólo en casos de deformidades graves utilizamos, en algún caso, material de osteosíntesis para corregir angulaciones óseas severas.

 

 

3- ¿Este tipo de técnica es cirugía láser?

No. La cirugía láser en el pie no existe y fue un término coloquial que se le dio hace muchísimos años por el hecho de que no existen cicatrices postoperatorias debido al mínimo tamaño de éstas pero en ningún caso se utiliza ningún aparato de láser para la realización de esta técnicas.

 

4- ¿Todos los problemas del pie se pueden solucionar bajo esta técnica?

 

No. Es una técnica adecuada para un porcentaje muy alto de las deformidades de antepié, pero no para el 100% de las mismas, ya que muchas de ellas precisan de cirugía abierta en la que exponer claramente los tejidos y asegurarnos así el éxito de la intervención.

 

Juanetes, dedos en garra o metatarsalgias, entre otras patologías, son tratadas con esta técnica quirúrgica.

 

 

 

Como hemos comentado, intervenir a través de pequeñas incisiones nos permite realizar multitécnicas simultáneamente con un menor trauma en los tejidos. Durante todo este proceso nos ayudamos de un fluoroscopio (equipo de radiología intervencionista a tiempo real) que nos permite tener un control absoluto durante la intervención y así desarrollar los gestos técnicos necesarios para devolver al pie su funcionalidad anatómica y biomecánica.

 

En los últimos 20 años o incluso más recientemente, todas las especialidades médico-quirúrgicas han tendido al desarrollo y utilización de técnicas cada vez menos invasivas y, consecuentemente, con menor daño a los tejidos con el fin de solucionar todas aquellas patologías susceptibles de poder ser tratadas mediante métodos y técnicas quirúrgicas. Fue desarrollada inicialmente por podiatras americanos, de ahí que también es conocida como cirugía MIS (del inglés, Minimal Incision Surgery).

 

Cabe destacar que el desarrollo de estas técnicas tiene como fin intentar mejorar el postoperatorio de nuestros pacientes, minimizando la agresión tisular, disminuyendo el riesgo de posibles complicaciones y, en muchos de los casos, acortando el proceso de rehabilitación y recuperación hasta el alta definitiva.

 

El hecho de que esta cirugía sea denominada cirugía mínimamente invasiva no implica que pueda ser considerada una cirugía de poca importancia ni exenta de riesgos. Es fundamental que este tipo de intervenciones sean realizadas por profesionales con gran experiencia y formación en este campo, tanto o más incluso que en cirugía abierta, ya que aunque se trate de procedimientos poco invasivos a nivel externo, se pueden llegar a producir lesiones importantes de las estructuras intervenidas si no se realizan con la destreza y el cuidado necesario.

 

 

Este tipo de intervenciones precisan de los cuidados preoperatorios habituales de cualquier procedimiento quirúrgico. Se realiza habitualmente con anestesia local o loco-regional (anestesiando únicamente desde la zona del tobillo hacia el pie) y, en ocasiones, bajo sedación consciente para hacer más cómodo al paciente su momento quirúrgico.

 

Al terminar la intervención el paciente regresa a casa por su propio pie, calzando un zapato especial con el que puede caminar sin problema, acelerando de esta manera su recuperación funcional y la reintegración más temprana a las actividades de su vida diaria.

 

Al terminar la intervención el paciente regresa a caso por su propio pie, calzando un zapato especial con el que puede caminar sin problema.

 

El paciente no refiere sufrir en ningún caso un postoperatorio incómodo, al revés bastante agradable, y que tolera perfectamente con antiinflamatorios y analgésicos tradicionales.

 

El paciente acudirá de forma habitual a revisiones semanalmente hasta el alta definitiva, que en función del tipo de patología inicial estará entre la 4º y la 8º semana.

 

No se recomienda habitualmente el operar los dos pies a la vez en el caso de cirugías con intervenciones complejas, ya que el uso de zapato postquirúrgico aunque permite la marcha inmediata no es una marcha habitual sino condicionada a la suela dura de este calzado. Es por ello que recomendamos dejar al menos un mes entre la cirugía de un pie y otro.

 

El alta médica para la incorporación a su actividad laboral no dependerá tanto de la patología intervenida sino de la labor profesional que desarrolle el paciente, ya que, por ejemplo, un paciente que trabaje sentado casi podría reincorporarse al trabajo a la semana de su intervención quirúrgica. Durante este tiempo, el paciente no podrá conducir mientras utilice el calzado postquirúrgico, excepto si conduce coche automático y se opera el pie izquierdo. En cuanto a la práctica deportiva, el paciente podrá reiniciarla casi a la semana de la intervención siempre y cuando no realice ejercicios de saltos, explosivos, carrera, etc. Es decir, ejercicios de intensidad que se recomienda no iniciar hasta los dos meses.

 

 

El alta médica para la incorporación a su actividad laboral no dependerá tanto de la patología intervenida sino de la labor profesional que desarrolle el paciente.

 

Dejar claro finalmente que es un tipo de técnica quirúrgica con una curva de aprendizaje larga por lo que sólo póngase en manos de profesionales especializados en la misma. Si lo desea, puede encontrar a nuestros profesionales en dichas técnicas en Clínica Podoactiva Olavide (Madrid) y Clínica Podoactiva Sagasta (Zaragoza).

 

 

Analizamos aquí un caso clínico de una paciente que se sometió a esta técnica de cirugía para eliminar un juanete, realinear el primer y segundo dedo, y corregir el apoyo metatarsal.

 

Raúl Ramos Blanco

Especialista en Biomecánica y Cirugía del Pie.

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